viernes, septiembre 02, 2005

Bibliocrónicas (I) y Crónicas docentes (I). ¿Qué serán?

Si las “crónicas politológicas” son mis escritos ligeros sobre todo lo que tenga que ver con política (y especialmente la historia actual: 1998-hoy), las “Bibliocrónicas” deberían de ser mis escritos sobre todo lo que tenga que ver (si, ya sé, estoy repitiendo palabras) con la pasión por los libros, o mejor decir: todo lo relativo a la lectura y escritura de libros. Más o menos. En buena parte serán eso, pero también sobre todo lo que quiero comentar pero que no puedo hacer en las otras crónicas porque obviamente no todo es política. También podría incorporar algunos textos sobre el arte de la escritura y que me gustaría comentar o simplemente archivar para releer, pero si hago esto debería llamarse entonces: “Crónicas de un escritor”, pero eso suena muy serio y muy grande. Entonces, ¿cuál es la idea fundamental?: deseo ir comentando lo que voy leyendo, con el mismo espíritu de las “crónicas politológicas”, es decir, hacer comentarios nada serios. Repetimos: “Es algo más vivencial que analítico”. En pocas palabras: ¡Qué de pinga es leer y escribir!.

¿Y qué tiene que ver todo esto con la historia de Venezuela? En verdad, no quiero abrir un blog aparte para esto; pero la historia es historiografía y es por ello que libros, escritura e historia no pueden estar separados. Digamos, además, que es una forma de expresar las experiencias bibliófilas de Profeballa, que al final se transforman en una manera de escribir la historia. Principal interés del autor con el blog “Venezuela y su historia”.

También he pensado que otra crónica que no puede faltar en el blog de un profesor de historia, debe ser las crónicas docentes. No creo que quepa en la bibliocrónica aunque de algún modo aprendizaje-enseñanza y libros están íntimamente relacionados. Creo que este tipo de crónica debe tener cabida en el blog, y en total tendríamos tres relatos, todos relacionados con la historia de Venezuela: porque la historia no puede separarse de lo político, la lectura y escritura y el aprendizaje-enseñanza. ¿Cómo llamarlas? No sé, por ahora “crónicas docentes”, a pesar de que ya existe
un blog con este nombre, aunque no duró más de un mes. Por cierto, sobre el nombre “bibliocrónicas” no conseguí nada.

Este es un nuevo experimento, que no sé si soportará los tiempos de trabajo fuerte. Pero por ahora luchamos por hacer realidad la frase de Plino el Viejo y que me ha recordado don
Enrique Monasterios: Nulla dies sine línea (siglo I d.C.).
Sobre Plinio El Viejo tomado de wikipedia.Comenzaba a trabajar al salir el día.... No leía nada sin hacer un resumen porque decía que no había libro, por malo que fuese, que no contuviera algún valor. Estando en casa, sólo excluía la hora del baño para estudiar. Cuando viajaba, y había sido descargado de otras obligaciones, se consagraba únicamente al estudio. En una palabra, consideraba como perdido el tiempo que no podía dedicar al estudio.Plinio el Joven

Profeballa

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